lunes, 11 de febrero de 2013

Buenos días con alegría

¡Hola, hola!

La madre que parió los Lunes... ¿Quién tuvo la idea de ponerlos a continuación de los Domingos? ¿¡Quién!? En fin, qué le vamos a hacer... Es lo que hay, el day by day no perdona. Y es que a cierta edad, pongamos que todo empieza a coger forma cerca los veinte, los días pasan como nada. El tiempo vuela, y ya nos lo decían nuestros padres, los años pasan sin darnos cuenta... 

Tenemos responsabilidades, obligaciones, agendas repletas de 'cosas que hacer', recados, citas, planes, entregas, compromisos... Claro, normal que se nos pasen las horas como minutos, si estamos desde el momento en que nos levantamos hasta acostarnos haciendo cosas, cosas y cosas. No paramos quietos, raro es el día que no tengamos nada que hacer, y cuando digo nada es nada. Es muy raro, pero que mucho, que llegue un día, te levantes y digas "hoy no tengo nada que hacer", es rarísimo. Porque siempre, aunque sea la mayor tontería, siempre acabamos haciendo algo. Recoger la habitación, ir a lavar el coche, acabar de leer un libro, ver pelis pendientes, quedar con un viejo amigo, ir a comer con los abuelos... Siempre acabamos haciendo cosas, aunque nadie nos las pida, por norma general, nos vemos con la obligación de estar activos. Mira que somos subnormales... Con lo tranquilitos que estaríamos con el culo en el sofá durmiendo todo el día... Pues no, los veinteañeros siempre estamos de arriba para abajo sin parar, no podemos dejar pasar el tiempo muerto por nuestras narices, solemos tener la necesidad de aprovecharlo al cien por cien. Y es por eso por lo que pasa tan y tan rápido, porque no dejamos el tiempo escapar, siempre lo intentamos exprimir, sacarle el máximo partido.

Es un palo, pero en verdad es mejor que nada... Imaginaos si estuviéramos sin hacer nada días tras día... Los años se harían eternos y quizá la vida parecería más larga, pero el day by day sería una mierda insípida sin emoción ni aventura, sin sentimientos, sin 'chicha ni limoná', vamos... Que lo hacemos bien, los días están para vivirlos y no para desperdiciarlos, que la vida se vicie cuando estás despierto, así que buenos días con alegría y ¡a comerse el mundo!



¡¡Gracias por leernos una semana más!!

Lulú&Loló




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