martes, 19 de febrero de 2013

Bipolares

¡Hola a todos! 

Ayer fue mi vuelta a las clases, después de dos semanas de medio relax, perreo máximo y algunas buenas fiestas... Y con mi vuelta al day by day, además de darme cuenta de lo genial que es no tener preocupaciones, he recaído en la más absoluta y desesperante bipolaridad. 

Vale, es cierto que todos tenemos nuestros conflictos internos y alguna que otra discusión con nosotros mismos que suele desencadenar en un "estoy mal de la olla", y aquí no ha pasado nada. Pero aquí el colega ha sufrido un ataque de bipolaridad extrema digno de psiquiátrico. La noche antes de la vuelta a la Uni hubiera sido normal tener y no tener ganas al mismo tiempo, lo anormal es morirse de ganas de retomar mi ajetreada y colapsada vida de estudiante, mientras te mueres de pena por dentro porque no vas a volver a tener vida social hasta Julio. Y todavía es más anormal tener esta discusión mental en voz alta, mientras te ries y medio lloras a la vez, tiras cojines a los armarios y te zampas una bolsa de palomitas entre sollozos, escondiéndote del mundo bajo la capucha de una sudadera XXXL. Pero entonces entra tu madre a tu habitación, y con dos lagrimones como huevos pones en pause la serie que llevas toda la tarde viendo, para dar paso al momento "Comedia romántica - Holliwood 2013"...

Tu lloras: "Maaaaama...". Tu madre se preocupa: "Cariño, ¿estás bien?" Entonces tu contestas: "Mmmm... si..." Ahora, mamá flipa y pregunta: "¿Y por qué estás llorando?" Medio avergonzado y con la boca llena de palomitas, te explicas: "Fofe famñama tgemgo Ufni" (Porque mañana tengo Uni. Ella lo entiende, es una madre). Es entonces cuando tu madre adopta el tono mi hijo de 3 años (20) me necesita, y te intenta consolar: "Ooooix... ¿Y no quieres ir?" Y es aquí cuando tus dos yos entran en acción: "No... ¡Bueno sí!" Mamá flipa otra vez, te mira con cara rara y se aleja suave y sigilosamente, cerrando la puerta sin hacer ruido y murmurando al salir: "¡Ahí te quedas colgao!"

Y luego nos parece raro que quieran llevarnos al psicólogo... Pero lo bueno de las crisis bipolares es que siempre tienes compañía, porque tu mismo te debates cosas, te haces preguntas y te las respondes, te dices lo que te queda bien y lo que no... Claro que luego la gente te mira mal en el tren cuando te dices a ti mismo: "Te dije que no te pusieras ese jersey...". Y descaradamente se levantan y se alejan lo máximo posible cuando te contestas: "Sí, claro, era mucho mejor el de rallas... ¡Que están pasadas hombre...!" Descarados. Ya podrían tener un mínimo de consideración. ¡Encima que vamos dos en un asiento! 

En fin, que no os desesperéis, que los ataques de bipolaridad son pasajeros y habrá épocas en que no los sufráis. No despiertos, al menos... No os estreseis con el day by day y pensad en el futuro... ¡Pensad en Semana Santa! ¡Qué paséis una buena semana!




Loló :)
Loló II :)


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