El amor, que hijo de puta es el amor... Con lo fácil que es escuchar nuestra conciencia, razonar nuestros actos, pensar antes de hablar, meditar antes de lanzarnos a la piscina... Con lo fácil que sería todo si hiciéramos caso de vez en cuando a nuestro cerebro... Sí, porque esa voz que retumba en nuestra cabeza es un cerebro, que intenta ayudarnos y que procura aconsejarnos, es sabio de hecho ¡De verdad que si! Aunque no os lo creáis es inteligente y bueno, si le hiciéramos un poquito de caso, nuestras vidas serían mejores... ¡Pero no, no y no, nada de eso, nada de nada! Ni puto caso ¿A quien hacemos caso? Al corazón... Manda huevos la cosa, tenemos un ser de la hostia que sabe hacer las cosas bien y nosotros solo hacemos que escuchar nuestro corazón... Somos idiotas, si sabemos de sobras que guiarnos por los sentimientos no sale nunca bien, si estamos escarmentados de hacer jilipolleces por dejarnos guiar por nuestros impulsos ¿Por qué cojones seguimos haciendo caso al subnormal de nuestro corazón? ¡¡Se equivoca sin parar!! Todas las penas de este mundo las provoca el corazón y nosotros dale que te pego... Pobre cerebro, debe tener una impotencia... Imagínate... Una rabia que le debe tener al tonto del corazón... Por aquí dentro debe de haber más odio que entre hermanos ¡Fíjate lo que te digo!
Y es que no tenemos remedio alguno... Somos retrasados a mas no poder, dale que te dale, pega que te pega, ni caso a las advertencias, todo en caliente, y nos vamos tropezando con la misma piedra una y otra vez... ¡Qué desastre el ser humano!
Pero qué le vamos ha hacer... Alguna cosa especial debíamos tener para diferenciarnos del resto de animales... ¿No?
Lulú ;)
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