jueves, 27 de junio de 2013

San Juan

¡¡Buenas guapetones!!

¿Cómo va este Junio maravilloso que ya se acaba? Espero que bien, porque a nosotros, a pesar de estar currando, nos está saliendo bastante bien...

Este domingo ha sido San Juan, y como no, ha sido una noche rara... Una verbena más sin plan pero con final genial. La pasé junto a mi Blair querida, cenamos en casa y nos fuimos rumbo al sur para buscar party-hard. Llegamos a Gavà donde nos metimos en una fiesta desconocida, en una casa desconocida, con gente desconocida... Estuvo bien, pero los hipsters treintañeros estaban más borrachos que una cuba cuando llegamos, así que decidimos irnos y colarnos en otra fiesta. Sí, la noche fue de acopladas varias.

De camino a un camping desconocido, donde hacían una fiesta desconocida, con gente desconocida... ¡Controlaco! Lo vimos de lejos, pero no teníamos salida, empecé a comer las reservas de pizza que llevábamos para la gula y a beber agua cual excursionista perdida en el Sahara. Nos paran, soplo, rozo el límite, me hacen parar, me bajo, me hago la niña tonta de papá, me camelo al policía, vuelvo a soplar, sobrepaso una décima del límite y... ¡Nos dejan ir like a boss!

Nos dirigimos a Castelldefels (el plan del camping se vino abajo por causas ajenas) a un chringuito desconocido, con ambiente desconocido, con gente desconocida... Llegamos, nos perdemos, aparcamos... Sí, pasamos el San Juan en el coche. Ya las 4 pasadas, subidón, musicón, fiestón. Pero fue un visto y no visto. En pleno auge nos cierran el tinglao' y ale, cada uno a su casa. Indignadísimas nos fuimos a buscar más fiesta, pero lo mejor que encontramos fue una fiesta privada a la que no pudimos entrar, con lo cual bailamos como dos auténticas losers al borde de las ballas que limitaban el chiringo...

Se acabó la música, se acabó la fiesta, pero no se acabó la verbena. Ya no quedaba ni un alma viva en la playa, el sol salía y nosotras aun no nos dábamos por vencidas... No me preguntéis como ni cuando ni porqué, pero yo solo sé que un desconocido nos regaló dos "petardos" y acabamos recogiendo cosas de la playa cual gitanas... Compitiendo con los tíos de los "pipipipi" que detectan metales, cargadas con bolsas llenas de ropa, comida y otros artilugios, con dos cañas para remover la mierda, ciegas perdidas, haciendo kilómetros playa arriba, playa abajo y volviéndonos a casa a las 10 de la mañana.



Vamos, que lo que parecía una noche potencialmente fracasada, acabó en una noche inolvidable. Y es que cuando tienes una amiga como Blair no se puede esperar menos... 

Lulú ;)

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