lunes, 21 de octubre de 2013

Independizada

Hello!

Sin ni siquiera pensarlo a fondo, imaginarlo sin soñarlo, plantearlo seriamente... Así, como el que no quiere la cosa, me he independizado. OMG!

Me he mudado a un piso de broma que es igual que mi cuarto en casa de mis padres, con un sueldo de mierda que lo quemo en el alquiler, con muebles chungos del Ikea, pidiendo tuppers hasta a la vecina de enfrente, fumando tabaco de liar a todo mi pesar, haciéndome termos de café para no gastar, comparando precios en el súper cual madre de familia numerosa... ¡Pero me he mudado, soy independiente, vivo sola y estoy más feliz que una perdiz!

Tengo mi pequeño refugio de polluelo en un barrio con ambiente, cerca de mi querida playa, con mi pececillo de colores, mi ropita y mis cosas indispensables. Mi piso es la casa de mis amigos, es mi mundo, mi espacio y mi liberación. Me siento orgullosa de mi misma, he dado un paso que muchos no dan hasta bien rozando los treinta... Así que, ole por mi. Porque volar del nido no solo supone irse de casa de tus padres, supone mucho más. Tu vida cambia, pasas a una fase nueva, das un paso adelante el cual suele ser sin retorno, evolucionas como persona, maduras a la fuerza, le das más valor al dinero, más aprecio a la compañía y más sentido a la familia. 

El sábado lloraba con Loló por que ya no somos vecinos (y por que me bebí una botella de vino sin cenar...) Por que, no solo ganas, también pierdes muchas cosas. Y es que este fin de semana he estado sola en mi casita y he pensado: ¿ahora qué? Es como: "wow! Vivo sola... ¡¡Reacciona maldita imbécil!! ¡Tienes lo que querías incluso antes de lo que imaginabas!" 

Para muchos es un juego, para mi un reto. Me reto a mi misma a no volver atrás, a valerme por mi sola, a sacarme las castañas del fuego, a sobrevivir. No quiero hacerme mayor, pero ahora debo aprender a serlo, una gran contradicción...


Lulú ;)





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