¡Buenos días queridísimos!
Estamos súper emocionados, súper excitados, súper alegres y súper happyflowing porque hoy, ¡bombazo! ¡Estrenamos Lulú, Loló & Company! Sí, ¿recodáis que os dijimos que esto era vuestro, y que a partir de ahora explicaríamos historias que nos mandaseis? Pues ahí va la primera, que nos la cuenta una chica a la que hemos bautizado, con todo el cariño del mundo, la Fumada-Atrapada.
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¡Hola chicos!
Os escribo porque os sigo hace ya un tiempo y el otro día me pasó algo muy hardcore, digno de Lulú&Loló.
Yo soy una veinteañera de las vuestras, de esas a las que le pasan mil cosas raras y se pasa más tiempo hiper ventilando que mirando el Whatsapp, pero lo del otro día fue extremo. Resulta que, agotada de estudiar para los parciales, decidí quedar con un "churri" que no veía hace tiempo para desfogarme un ratito (ya me entendéis). Habíamos quedado un par de veces y el chico la verdad que era una pasada, pero nos acabamos distanciando. La cosa es que fui a su piso a hacer una birra y de la birra pasamos al tema en cuestión... Pim, pam, pum... Traca, traca trá... Toma que toma, que toma tá! Y me quedé más ancha que larga.
Pues después de hacerlo el chico se hizo un cigarrito feliz y como no, no me negué a darle unos tirillos. Pues de uno pasamos al siguiente y pillé un ciego de tres pares de huevos. El peor ciego de mi vida. Jamás lo he pasado tan mal.
El chaval empezó a acariciarme mientras yo estaba tumbada boca abajo y me quedaba sobada, y de repente me vino la paranoia de que el pavo, que tiene casi 30 años, me quería secuestrar. Que era un puto traficante de órganos que trabajaba para una mafia internacional y que yo era su siguiente víctima. Os lo tomaréis a risa, pero yo lo viví súper en serio. Estaba súper emparanoyada, las pulsaciones me iban a mil y no podía moverme. Sentía que el tío me había drogado para que me quedase inconsciente y tenía muchísimas ganas de llorar, pero no podía hacerlo para que no sospechase que le había pillado así que me levanté, como pude, y fui al baño. Allí empecé a llorar. No tenía fuerzas en las piernas. Estaba cagadísima.
Cuando me recompuse salí del baño y fui a su habitación otra vez, el me esperaba ofreciéndome algo de comer. Yo creía que dentro de la magdalena había más droga y que me dormiría si me la comía, así que aproveché cuando él fue al baño para vestirme rapidísimo y coger mis cosas. "¿Es que no te quieres quedar a dormir?" Me dijo cuando volvió de mear. Yo le dije que no, que tenía que ir a casa a por cosas para la Uni y tal y me piré, despidiéndome con más besos y caricias para no levantar sospechas.
Tenía mucho miedo. Estaba súper desorientada. No podía ir a casa con el ciegal que llevaba encima, así que cogí el metro y me fui a casa de una amiga de clase. El trayecto fue horrible. Yo estaba convencida de que compañeros del pavo me estaban siguiendo por la calle, de que la mafia entera me observaba. Iba llorando de miedo por la calle, corriendo hacia el metro y encima me pararon dos vagabundos pidiéndome pasta y tabaco. No se cómo, pero llegué a casa de mi amiga. Cuando le piqué y me abrió la puerta se quedó blanca. Me encontró llorando, con un ataque de pánico en su portal cagadísima de miedo que no sabía donde meterme. Menos mal que me ofreció consuelo y una estupenda bolsa de patatas con sabor a queso que me fulí en dos minutos, seguidas de dos torradas con queso y pavo y un cartón de zumo.
¡Esta es mi história chicos! Espero que estéis orgullosos de mí, ¡aunque yo no lo estoy tanto! ¡Mil besitos!
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Pues sí que lo estamos Fumada-Atrapada, sí que lo estamos. ¡Oficialmente, perteneces al grupo de Lulú, Loló & Company! Esperamos que te pasen un millón de cosas más, pero no tan heavys como esta...
¡Y ya sabéis, si queréis que contemos vuestras anécdotas más flipantes, haced como nuestra Co#1 y escribidnos a nuestro mail o a Facebook!
Lulú&Loló
Lulú&Loló
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