¡Hola a todos!
¿Cómo sobrelleváis el final de las vacaciones? Algunos mejor que otros, supongo. La gran mayoría mejor que Lulú, desde luego, que ya llora a cántaros por las noches pensando en la trágica vuelta al cole... Tengo fotos en Whatsapp que lo demuestran. La gran mayoría, también, lo estará llevando peor que yo, ya que a mí me queda todavía un mes de vacaciones y pienso rezar cada día por que haga Sol y todos os muráis de envidia pensando que yo estaré en la playa mientras vosotros tomáis apuntes... Lo siento, tenía que decirlo, me hace sentir mejor.
Pero recochineos a parte, lo que me trae hoy aquí es mi necesidad de desahogarme y compartir mi angustia existencial que, obviamente, no tiene nada que ver con la Uni. Veréis, hace un par de meses conocí a un chico. Lo podemos llamar, no se... "Mi futuro marido", por ejemplo. Bien, Mi futuro marido y yo quedamos solo un par de veces, pero fueron citas intensas y largas. La primera quedamos a tomar algo por la noche, para conocernos mejor y más a fondo... Y tan a fondo, que tras cuatro cubatas y tres chupitos por cabeza, acabamos en la habitación del hotel donde se hospedaba mientras buscaba piso en Barcelona para venirse a vivir este curso que empieza. Fantástico, no tuve nada más que decir.
La siguiente cita fue igual de pasional y de intensa. Volvió a Barcelona la semana siguiente para seguir con su búsqueda y me llamó. Comimos, dimos un paseo, nos fuimos al hotel que había reservado para instalarnos... Después de una magnífica siesta y un par de duchas salimos a cenar y a tomar algo. He de decir que nos costó casi dos horas, subir y bajar Las Ramblas dos veces y un par de llamadas llegar a un acuerdo sobre el sitio donde cenar... ¿Pero quién no adora esas discusiones de los primeros días en las que el 98% de los argumentos son: "Me da igual, donde a ti te apetezca"? ... Adorable. En fin, como todos os imagináis, una buena cena desemboca en un buen... Una buena noche. A la mañana siguiente, nos pusimos manos a la obra y fuimos a mirar los pisos que tenía citados, comimos, paseamos, y seguimos mirando alquileres hasta que me dejó en casa y el se marchó a la suya.
Sí, la cosa parece fantástica, lo se. Seguro que la mayoría no entendéis por qué estoy angustiado y nervioso... Bueno, la cosa es que Mi futuro marido se marcho a la ciudad de los sueños una semana después de todo lo que os he contado. Se iba un mes y medio a estudiar inglés y a hacer amigos y a conocer a ricachones con áticos en el bloque de Brad Pitt... Hemos hablado un par de veces, cosa breve, y ya está de vuelta. No en Barcelona, si no en su casa con su familia, pero en breves se mudará aquí para continuar sus estudios ¡y no me ha dado señales de vida aún! Vale, no ha venido a la ciudad... Y tendrá cosas que hacer tales como estar con su familia, desmontar su vida para montarla aquí, empaquetar libros y libros... ¿Pero tanto cuesta enviar un mensaje? Vale, que no somos nada, de echo solo quedamos un par de veces y esto de "Mi futuro marido" son cosas mías... ¿¡Pero tanto cuesta!?
Dios santo... La incertidumbre me pierde. ¿Pero sabéis qué? Tengo un plan. Sí... Loló tiene un gran plan, pequeños polluelos míos... Después de comentarlo con mis intimísimas Lulú, la Belga Reencontrada y la Cafetera Piscis, y después de consultarlo con el Tarot... He decidido mantener el control y no perder los nervios. Así que esperaré pacientemente a saber que está en Barcelona y a partir de entonces tendrá una semana y media para llamarme. ¿Qué no lo hace? No pasa nada, yo tengo una magnífica tarjeta del Bicing que me ayudará a pasarme el día recorriendo la ciudad hasta "topar casualmente" con Mi futuro marido y recrear una de esas escenas tan típicas de Hollywood que terminan en la cama, con un fantástico desayuno en una bandeja, una preciosa rosa recién cortada, me la pela que no sea temporada, ¡¡y un estupendísimo anillo de diamantes que, muy delicadamente, sacará de una cagita de Tiffany&Co y colocará en mi dedo!! Bueno... quizás esto último sea excesivo. Quizás se me esté yendo la perola y esté empezando a delirar...
¡¿Entendéis ahora el por qué de este blog?! ¡¡De no ser por el, Lulú&Loló tendríamos esta face de por vida...!!
Mantened la calma chicos, y disfrutad lo poco que os queda de verano. Yo, mientras tanto, me subiré a la bici estática que tengo abandonada en el garaje y me iré entrenando...
¡Os quiero!
Loló :)